Museo de Historia Natural
Desde su fundación en 1869, el Museo de Historia Natural de Nueva York ha disfrutado de un gran prestigio que llega hasta nuestros días, como bien atestigua que sea la séptima entidad cultural más visitada del mundo y la cuarta de EEUU.
Albert S. Bickmore, naturalista de profesión, peleó incansablemente durante años para que se creara en Nueva York un museo de Historia natural. Gracias a la influencia de sus contactos (que incluían a Theodore Roosvelt, padre del que sería posteriormente presidente de EEUU, y dos decenas más de filántropos) consiguió que en el año 1869 el gobernador John Thompson Hoffmanfirmara el decreto que establecía el Museo de Historia Natural de la ciudad de Nueva York. El lugar elegido para exhibir las primeras piezas que formarían los fondos del museo fue el edificio del Arsenal en Central Park.
Pronto el Arsenal se quedó pequeño para acoger las colecciones del nuevo museo, por lo que hubo que comenzar a planear la construcción de un edificio de mayor envergadura. En 1874 el presidente Ulysses S. Grant colocó la primera piedra de la actual estructura en la que se aloja el Museo de Historia Natural. Tres años más tarde, el mismo presidente Grant presidía la ceremonia de inauguración del nuevo edificio, construido en un gótico victoriano obra de J. Wrey Mould y Calvert Vaux. Diez años más tarde era levantada el ala sur, diseño de J. Cleaveland Cady, en estilo neorrománico, tan en boga a finales del siglo XIX. Una última añadidura, ya en el siglo XX, fue la portada que John Russel Pope concibió dentro de la corriente arquitectónica Beaux-Arts y que fue finalizada en 1936. Desde entonces, poco más ha sido añadido a la construcción original de 1877.
Los fondos del museo están compuestos por aproximadamente 35 millones de piezas, estando almacenadas sin poder mostrarse un gran número de ellas debido a las limitaciones de espacio que padece. Las distintas colecciones se alojan a lo largo de 45 salas, cada una dedicada a un área diferente: mamíferos africanos (con recreaciones fidedignas de hipopótamos, cebras, gorilas y demás fauna del continente), meteoritos (el museo posee un fragmento de más de 30 toneladas procedente del gran meteorito encontrado en el cabo York de Groenlandia), origen del Hombre(en exposición se encuentran copias a tamaño real de los predecesores del Homo Sapiens, como el Australophitecus, el Homo ergaster o el Neanderthal), gemas preciosas y minerales (algunos de los principales atractivos de esta sección es una esmeralda de 632 quilates, un zafiro estrella de 563 quilates y un rubí de 116 quilates), vida oceánica (del techo de esta sala cuelga una ballena azul de 29 metros), recreación de hábitats de todo el mundo (Oceanía, Asia, Sudamérica, África), evolución de los vertebrados, mamíferos primitivos y avanzados, mamíferos norteamericanos (destaca el diorama de 40 metros cuadrados dedicado al bisonte americano), dinosaurios (el museo cuenta con esqueletos de, entre otros, un Triceratops, un Tyrannosaurus Rex y un Anatotitan) y un largo etcétera que abarca todas las ramas de la Biología, la Antropología y la Historia natural.
El planetario, construido en un cubo de cristal conectado al edificio principal, ofrece la posibilidad de contemplar la historia geológica de la Tierra desde sus inicios, fotografías de la llegada a la Luna y diversas exposiciones relacionadas con el Universo. Asimismo, en una esfera situada en el interior del planetario se proyectan imágenes acerca de diferentes temas sobre Astronomía. Dentro de la esfera también se puede ver un pequeño vídeo de cuatro minutos sobre el origen del Universo, para después continuar con un corredor por el cual se nos mostrará cómo fue la evolución del Universo desde el comienzo hasta nuestros días.
En definitiva, podríamos decir que el Museo de Historia Natural es una parada muy recomendable en nuestro viaje, tanto si vamos con niños o sin ellos. El único consejo es, como en todo gran museo, seleccionar las salas que nos interesan antes de comenzar la visita para evitar saturarnos.
Más datos del museo pueden obtenerse en su web: http://www.amnh.org
Cómo llegar:
-se sitúa en Central Park West con la calle 79.
-en metro: parada de la calle 81 (línea A, B y C).
-en autobús: líneas M7, M10, M11 y M79.
Horarios y precios:
-el museo toda la semana de 10:00 a 17:45.
-la cantidad a pagar por cada entrada es de 19$ para los adultos, 12$ para los niños de entre 2 y 12 años y 14,50$ para los jubilados.
Museo de Arte Moderno (MoMA).
Joya cultural y uno de los pioneros en su categoría, el Museum of Modern Art o MoMA es una de las mecas mundiales del arte moderno. Cuenta con más de 120.000 obras expuestas entre cuadros, esculturas, fotografías, libros, dibujos, filmes y diseños arquitectónicos.
Todo comenzó en 1928 por iniciativa de tres damas de la alta sociedad, Abby Aldrich Rockefeller, Lillie P. Bliss y Mary Quinn Sullivan, de quienes surgió la idea de establecer en Nueva York un museo dedicado única y exclusivamente al arte moderno. Al año siguiente, su proyecto se materializó con la inauguración de una modesta galería en un local alquilado en el edificio Heckscher.
Por aquel entonces los fondos del museo eran, cuanto menos, escasos, pero gracias al buen hacer de su primer director, Alfred H. Barr Jr., el MoMa pudo acoger el mismo año de su apertura una exposición pictórica que contó con préstamos de las más importantes pinacotecas del mundo, exhibiéndose así cuadros de autores post-impresionistas como Gauguin, Cézanne, Seurat o Van Gogh. La muestra supuso un rotundo éxito para el MoMA, lo que le allanó el camino para convertirse en un referente de su campo, a pesar de lo cual todavía hicieron falta diez años más para que el MoMA se asentara definitivamente en la que hoy es su localización, el número 11 de la West 53rd St. En el transcurso de esa década el joven museo continuó cosechando triunfos, como demuestra la gran acogida que tuvo la muestra sobre Van Gogh de 1935 en la que se pudo admirar una recopilación nunca antes vista de los trabajos del artista: 66 óleos, 50 dibujos y cientos de extractos sacados de sus cartas personales.
El 10 de Mayo de 1939 abría sus puertas al público el nuevo y definitivo emplazamiento del museo, un diseño modernista de los arquitectos Philip Goodwin y Edward Durell Stone. A la fiesta de apertura de las recién estrenadas dependencias del MoMA acudieron más de 6.000 personas y hasta el mismísimo presidente Roosvelt dedicó desde la Casa Blanca unas palabras vía radio a todos los allí presentes.
En ese mismo año se realizó una retrospectiva de la obra del español Pablo Picasso en colaboración con el Art Institute de Chicago, exposición que supuso una fama internacional y la consolidación del enorme prestigio de la institución fundada diez años antes. Además, dicha muestra hizo posible que se considerara al malagueño como el artista del momento.
En 1997 el japonés Yoshio Taniguchi fue el elegido para rediseñar el museo, teniendo que ser cerrado y traslado a otro edificio en Queens.
Algunas de las grandes obras pictóricas que se pueden admirar en sus muros son El Baile(Matisse), Lirios de Agua (Monet), La Noche Estrellada (Van Gogh), Las Señoritas de Avignon(Picasso), El Sueño (Henri Rousseau), Broadway Boogie Woogie (Piet Mondrian), Autorretrato con Pelo Corto (Frida Kahlo), Latas de Sopa Campbell (Andy Wahol) y La Persistencia de la Memoria (Dalí).
También es recomendable, si el tiempo lo permite, tomar un tentempié en cualquiera de las dos cafeterías con las que cuenta el MoMA (segunda y quinta planta) o, directamente, parar a reponer fuerzas en el restaurante del primer piso. Es aconsejable, asimismo, dar un paseo por los jardines, donde se exponen diversas esculturas de Picasso, Rodin, Aristide Maillol o Barnett Newman.
Para más información acerca del MoMA, visitar su propia web: www.moma.org
Cómo llegar al museo Moma:
- se encuentra en el número 11 de la West 53rd Street.
- en metro: Las dos estaciones más próximas se hallan en el cruce de la calle 53 con la 7ª Avenida (líneas B, D y E) y con la 5ª Avenida (líneas E, M).
- en autobús: líneas M1, M2, M3, M4, M5, Q32, X9, X10, X12, X14, X17C, X17J, X30 y X42.
Horarios y precios del museo MoMA:
- el MoMA abre los lunes, miércoles, jueves, sábados y domingos de 10:30 a 17:30.
- los viernes lo hace de 10:30 a 20:00.
- los martes permanece cerrado.
- el precio de la entrada es de 20$ para los adultos, 16$ para los mayores de 65 años y gratis para los menores de 16.
- los viernes la entrada es gratuita de 16:00 a 20:00.
Museo Guggenheim.
El primero de una larga serie de museos dedicados a albergar obras de los artistas surgidos desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, el Solomon R. Guggenheim, o Guggenheim a secas, es todo un referente de la ciudad de Nueva York desde prácticamente el mismo día que fue inaugurado en el año 1939.
Eso sí, la primera localización del museo no fue el rompedor edificio en el que se aloja actualmente la colección, sino el apartamento del propio Solomon Guggenheim, quien comenzó a coleccionar en 1929. Cuando su residencia se quedó pequeña para acoger todas las adquisiciones que había ido realizando, Solomon y su consejera artística, la alemana Hilla Rebay, decidieron constituir una fundación con el objetivo de “promocionar, animar y educar al público en el arte”. En 1939 abrió sus puertas en unas dependencias alquiladas el Museo de Pintura No Objetiva. En él se mostraban cuadros de pintores modernistas de la talla de Paul Klee, Marc Chagall, Piet Mondrian, Amedeo Modigliani o Pablo Picasso.
Sólo cuatro años después de haber sido establecido su primera galería, Solomon fue consciente de las crecientes necesidades de espacio de su recién creado museo, por lo que encargó al prestigioso arquitecto Frank Lloyd Wright que diseñara un edificio en el que poder alojar la colección de forma permanente y sin necesidad de tener que alquilar distintos espacios como se había ido haciendo hasta ese momento.
Durante casi un año Wright trabajó en el proyecto del nuevo museo Guggenheim, entregándole a su cliente cuatro propuestas. Finalmente, Solomon escogió un diseño en forma de espiral que, según las propias palabras de su creador, “haría parecer al Metropolitan un granero”. El emplazamiento fue responsabilidad de la colaboradora de Solomon Guggenheim, Hilla Rebay, quien encontró un solar en la esquina de la calle 89 con la Quinta Avenida.
Se necesitaron quince años para poder levantar la estructura proyectada por Wright, en el transcurso de los cuales fallecieron tanto su mecenas (Guggenheim murió en 1949) como su creador (Frank Lloyd Wright sucumbió sólo seis meses antes de poder inaugurar su obra). El 21 de Octubre de 1959, tras años de dificultades, el actual Solomon R. Guggenheim Museum iniciaba su andadura.
Su diseño, fuertemente criticado en un comienzo (incluso por algunos de los artistas que iban a ver sus obras expuestas en lo que consideraban un edificio tan mal diseñado que haría difícil poder admirar plenamente los cuadros), es a día de hoy alabado y considerado como una obra maestra del arquitecto, que fue nombrado en 1991 por el American Architects Institute “el más grande de todos los arquitectos americanos”. Por desgracia, los diseños de Wright no fueron seguidos al pie de la letra, quedando en el limbo algunos de los detalles que había ideado: según el arquitecto, los visitantes deberían subir por un ascensor hasta la última planta de la torre y, una vez allí, ir descendiendo en espiral hasta llegar a la entrada. Además, el interior museo sería pintado de color hueso. Estas propuestas fueron desechadas y en la actualidad el recorrido se hace de abajo a arriba y las diferentes salas están pintadas de blanco.
Por último, añadir que los cuadros y esculturas no se exhiben de manera diferenciada, sino formando un conjunto total con la intención de que ayude al visitante a dar rienda suelta a los sentidos y a su creatividad.
La página oficial del Solomon R. Guggenheim Museum es www.guggenheim.org/new-york
Cómo llegar al museo Guggenheim:
- se encuentra en el 1071 de la Quinta Avenida, entre las calles 88 y 89.
- en metro: la estación más próxima al Guggenheim se localiza en el cruce entre Lexington Avenue y la calle 86 (línea 4, 5, 6 y 6X).
- en autobús: línea M1, M2, M3 y M4.
Horarios y precios del museo Guggenheim:
- lunes, martes, miércoles, viernes y domingos el horario de apertura es de 10:00 a 17:45.
- el sábado abre de 10:00 a 19:45 y los jueves cierra.
- los precios son de 18$ para los adultos y 15$ para los mayores de 65 años.l
- os niños de hasta 12 años entran gratis.
Museo Metropolitano de Arte (MET)
Con más de dos millones de obras expuestas en su colección permanente, todas ellas del más alto nivel, el Metropolitan Museum of Art (conocido coloquialmente como el Met) es cita obligada para todo aquel turista que visite Nueva York y que sea amante de cualquiera de las distintas ramas del arte. Y es que este museo posee ejemplos de prácticamente cualquier expresión artística creada a lo largo y ancho del globo: arte Egipcio, de Oriente Medio, de la Grecia y Roma clásica, de Asia, Oceanía, África; armaduras y objetos relacionados con la guerra; pintura europea y americana (focalizada sobre todo en el siglo XIX, pero también con representación de pintores modernistas o impresionistas ); artes decorativas; dibujos y grabados; arte medieval; instrumentos musicales y un sinfín más de muestras relacionadas con la Historia del Arte hasta completar los diecinueve departamentos en los que organiza el museo.
El Metropolitan abrió sus puertas en 1872 gracias a la iniciativa de varios magnates y filántropos norteamericanos, entre los que destacó John Taylor Johnston, cuya colección fue transferida íntegramente al recién creado museo. Otros importantes apoyos con los que ha contado el Met a lo largo de estos años han sido los de Lucy W. Drexel y Mary Elizabeth Adams (donantes de cientos de instrumentos musicales), Margaret Olivia Slocum Sage (en 1909 el patronazgo del museo pudo hacerse con su colección de objets d’art), Nelson A. Rockefeller (quien entregó más de 3.000 piezas características de África, Asia y Oceanía) y Robert Lehman (al que se le dedicó un ala completa del museo a causa de la importancia de su legado), por citar a algunos de ellos.
La variedad, calidad y cantidad de las obras expuestas es tan grande que sería imposible citar en estas líneas las más características e importantes de cada sección que compone el museo. Por ello, es conveniente planificar antes de comprar la entrada qué galerías y obras se desean ver, ya que si no se corre el riesgo de perderse y acabar caminando sin rumbo por los extensos pasillos. Por nombrar algunos ejemplos, destacan los cuadros Retrato de Juan Pareja (Velázquez) y Autorretrato (el Greco), el grabado La Gran Ola en Kanagawa (Katsushika Hokusai), la escultura “La Bacanal” (Bernini), el busto de Voltaire (Houdon), el templo de Dendur (regalo de la República Árabe de Egipto a EEUU por la ayuda prestada durante el traslado de los templos de Abu Simbel), la habitación Nur al-Din (que data del siglo XVIII y es originaria de Damasco), la reja que antaño cerrara el coro de la catedral de Valladolid o los claustros trasladados piedra por piedra desde Europa.
Estos últimos, los claustros, se encuentran en un edificio aparte que alberga la colección de arte y arquitectura medieval y que fue construido con materiales procedentes de diversos monasterios y edificios religiosos situados en Francia. Si bien este edificio no representa ninguna construcción concreta, sí sigue las directrices en cuanto a edificación de la época medieval.
Otro importante punto a tener en cuenta es la gran biblioteca con la que cuenta el museo y que dispone de casi 700.000 volúmenes, la mayoría consagrados a la Historia del Arte y a las diferentes subastas y muestras de objetos que han tenido lugar en la existencia del Metropolitan. Junto con la biblioteca principal, bautizada como Thomas J. Watson Library, cada uno de los departamentos dispone de su propia biblioteca especializada.
Además de la ya de por sí rica y heterogénea muestra permanente, los conservadores y expertos que conforman el patronato del Metropolitan organizan una gran cantidad de exposiciones temporales durante todo el año, haciendo así de él un atractivo turístico de primer nivel. Las cifras así lo atestiguan: el Met es el segundo museo, sólo por detrás del Louvre, que más visitantes recibe cada año, por delante de otros grandes exponentes de la cultura como el British Museum, el Prado o el Hermitage.
La web del Metropolitan Museum of Art es: www.metmuseum.org
Cómo llegar al museo Metropolitan:
- se encuentra en el 1000 de la Quinta Avenida con la calle 82. Los claustros se localizan en el 99 de Margaret Corbin Drive, en el Fort Tryon Park.
- en metro (edificio principal): las dos estaciones más cercanas se encuentran en la intersección de Lexington Avenue con la calle 77 (línea 4, 6 y 6X) y la calle 86 (4, 5, 6 y 6X).
- en autobús (edificio principal): línea M1, M2, M3, M4, M86, BXM6, BXM7, BXM7A, BXM9 y BXM10.
- en metro (claustros): estaciones de la calle 190 y de la calle Dyckman (línea A).
- en autobús (claustros): línea M4.
Horarios y precios del museo Metropolitan:
- el edificio principal abre los domingos, martes, miércoles y jueves de 9:30 a 17:30.
- viernes y sábados el horario es de 9:30 a 21:00.
- los lunes permanece cerrado.
- el recinto donde se encuentran los claustros abre sus puertas de martes a sábado: en los meses de marzo a octubre el horario es de 9:30 a 17:15 y de noviembre a febrero es posible visitarlos de 9:30 a 16:15.
- los precios de la entrada, que incluyen también los claustros, son de 25$ para los adultos y 17$ para los mayores de 65 años.
- los menores de 12 años no pagan siempre y cuando vayan acompañados de un adulto.
El museo de arte Americano Whitney
Millonaria, escultora y coleccionista de arte. Así era Gertrude Vanderbilt Whitney, la fundadora del Museo de Arte Americano Whitney, cuyas 18.000 obras pertenecen única y exclusivamente a autores norteamericanos del siglo XX y XXI.
Amante de las artes, Gertrude Valderbilt abrió en el año 1914 la galería Whitney Studio Club con el fin de que sirviera como lugar de exposición para que a los creadores norteamericanos, según ella olvidados y denostados, pudiera serle reconocido su trabajo. En 1929 decidió ofrecer al Metropolitan las 700 obras que componían su colección particular; donación que el Met terminó rechazando. Esto, unido a la preferencia del joven MoMA por los artistas europeos, impulsó a Gertrude a establecer un museo que acogiera solamente arte americano. En 1931 se inauguraba el nuevo museo, obra del arquitecto Noel L. Miller, que ocupaba tres números de la West 8th Street, justo en el mismo sitio donde hasta ese momento había estado el Whitney Studio Club.
Fue veinte años después cuando el museo tuvo que trasladarse por falta de espacio (el volumen de los fondos se había duplicado) a un edificio justo detrás del MoMA, donde estuvo hasta que en 1966 se completó el nuevo edificio diseñado por Marcel Breuer y Hamilton P. Smith. El nuevo emplazamiento del Whitney era una construcción modernista en granito y en forma de escalera invertida. En 1970 la viuda de Edward Hopper, Josephine, donó la colección de acuarelas, grabados, óleos y dibujos del magnate al museo, habiendo sido éste el mayor obsequio que ha recibido hasta el momento el Whitney. A mediados de los 90 el museo sufrió su primera remodelación, de mano de Richard Gluckman, en la que se convirtieron varios edificios aledaños en oficinas y una biblioteca y, posteriormente, el espacio ocupado por las oficinas y la biblioteca antigua se transformó en espacio donde exponer obras de la colección permanente.
En la actualidad son un total de 18.000 las obras expuestas de casi 3.000 artistas diferentes entre cuadros, esculturas, dibujos, fotografías y grabados de autores como Eva Hesse, Edward Hopper, Alexander Calder, Barnett Newman, John Marin, Knox Martin o Andy Warhol. Todas ellas se exhiben en la quinta planta, quedando de esta manera el segundo, tercer y cuarto piso para las muestras temporales. Un gran atractivo del Whitney son las exposiciones anual y bienal, un magnífico escaparate para que los jóvenes artistas puedan darse a conocer. La biblioteca aloja también una importantísima compilación, casi 50.000, de libros, catálogos y títulos relacionados con el mundo del arte.
Un gran problema al que se enfrenta al Whitney a día de hoy es el de la falta de espacio: cuando abrió sus puertas en 1966 contaba con 2.000 obras, cantidad que se multiplicado por casi diez en estos años, lo que ha provocado que parte de la colección no haya podido ser nunca expuesta por no haber un lugar adecuado para ello. La solución a la que han llegado los responsables del museo es construir un edificio totalmente nuevo en el distrito de Meatpacking, en la calle Gansevoort. El nuevo edificio, a cargo de Renzo Piano, contará con 19.000 metros cuadrados y se prevé que las obras finalicen en 2015.
En definitiva, el Museo Whitney es un imprescindible de tu visita si eres un enamorado del arte moderno. De lo contrario, es casi más recomendable que busques otros sitios a los que ir, incluso si te gusta este tipo de arte: en caso de contar con poco tiempo para tu visita, el MoMA o el Guggenheim son opciones más aconsejables por su historia y sus piezas.
Para ver parte de los fondos, horarios, previos y una información más detallada del Whitney es recomendable entrar en su web: http://www.whitney.org
Cómo llegar:
-se encuentra en el 945 de la Avenida Madison con la calle 75.
-en metro: la parada más cercana se halla en la intersección de la Avenida Lexington y la calle 77 (líneas 4, 6 y 6X).
-en autobús: línea M1, M2, M3 y M4.
Horarios y precios:
-Lunes y Martes cierra. El resto de días abre de 11:00 a 18:00, menos los Viernes, que lo hace de 11:00 a 21:00.
-el precio de la entrada para adultos es de 18$, para los jóvenes de 19 a 25 años y para los mayores de 62 es de 12$ y es gratuita para los menores de 18 años. Los Viernes, de 18:00 a 21:00, el precio es libre, esto es, cada visitante aporta lo que crea oportuno por acceder al museo.
El museo Tenement de Nueva York
Entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del XX fueron cientos de miles los inmigrantes que llegaron a EEUU por el puerto de Nueva York, uno de los más importantes y que mayor volumen de pasajeros canalizaba. Gran parte de esas miles de personas que buscaban un porvenir mejor en el conocido como Nuevo Mundo se instalaron en el Lower East Side, el barrio de inmigrantes por excelencia de Manhattan.
El museo Tenement relata, a través de sus diferentes estancias y objetos allí expuestos, las historias personales de una serie de familias que allí vivieron entre 1863 y 1935 (se calcula que en ese periodo el inmueble fue habitado por más de 7.000 personas de 20 nacionalidades diferentes). El edificio fue levantado en el año 1863 por encargo del alemán Lukas Glockner y estuvo habitado hasta 1935, cuando fue abandonado por sus últimos inquilinos. Las condiciones de vida de estas familias, pobres y numerosas, nunca fueron fáciles: el agua corriente no llegó hasta 1895, los baños compartidos para cada dos apartamentos fueron añadidos en 1905, el gas en ese mismo año y la luz eléctrica en 1924, por poner algunos ejemplos de las “comodidades” de las que disponían los inquilinos.
El proyecto de crear en el antiguo bloque de apartamentos un museo que recordara la existencia que tuvieron todas estas personas proviene de la historiadora y activista Ruth Abram, la cual durante años buscó de manera incansable una típica casa de vecinos de las que sirvieron como primer hogar para todos aquellos inmigrantes llegados a EEUU. Justo cuando se encontraba al borde de tirar la toalla, encontró en 1988 el edificio que hoy alberga el museo Tenement en el número 97 de la calle Orchard: un pequeño bloque de vecinos levantado en la segunda mitad del siglo XIX y que llevaba más de 50 años vacío, lo cual lo convertía en casi una cápsula en la que el tiempo se había congelado.
El estado, después de más de medio siglo de abandono, era lamentable, por lo que hubo que comenzar un ambicioso plan de restauración. Para ello, se hizo uso de cientos de archivos históricos que pudieran revelar alguna pista de las personas que residieron en él (por ahora se han conseguido encontrar datos de 1.300 personas vinculadas con el 97 de la calle Orchard) y de cómo era el día a día de los inmigrantes que allí vivían. En 1992 fue abierta al público la primera estancia restaurada del museo, un apartamento que en 1878 ocupó la familia Gumpertz, formada por judíos de origen alemán.
Desde entonces, se han rehabilitado hasta seis apartamentos, siendo el último el de la familia irlandesa Moore, que se estableció a partir del año 1869. Además, el museo se ha expandido por otros edificios de la calle Orchard: el número 103 hace las funciones de tienda oficial, centro de visitantes, sala de exposiciones y aula temática, además de iniciarse en él todas las visitas guiadas, mientras que en el 91 se localizan las oficinas administrativas del mismo.
Como se ha dicho anteriormente, el Tenement ofrece recorridos guiados de entre una y dos horas para turistas, siendo el único modo de ver el museo, ya que no están permitidas las visitas particulares. Éstos se pueden hacer de tres formas diferentes: conocer las estancias del museo, tener un encuentro con uno de los inquilinos que vivió en el edificio (un actor caracterizado hará de guía) y pasear por el barrio viendo los principales símbolos de la inmigración norteamericana (en este tour no se incluyen visita al interior de los edificios, sólo un trayecto por el barrio).
Para comprar las entradas, ver precios, horarios y más detalles sobre los diferentes tipos de visita que se pueden hacer, el museo Tenement cuenta con página web propia: http://www.tenement.org
Cómo llegar:
-se encuentra en el número 97 de la calle Orchard, si bien todos los recorridos empiezan en el centro de visitantes del número 103 de la misma calle.
-en metro: paradas de la calle Delancey (línea F) y Essex (líneas J, M y Z).
-en autobús: línea M15.
Horarios y precios:
-el centro de visitantes abre de 10:00 a 18:00 durante toda la semana, si bien las visitas guiadas cuentan con una disponibilidad limitada, por lo que, si quieres hacer uno en concreto, lo mejor es reservar vía Internet.
-los precios son de 22$ para adultos, 17$ para mayores de 65 años y 17$ para estudiantes. Para los menores de 5 años el pase es gratuito.Filed Under: Museos, Tenement
El museo de cera de Nueva York
El único lugar de Nueva York en el que podrás encontrarte, en una sola mañana, con la mayoría de las estrellas del cine y la música actuales y pasadas, los líderes mundiales más importantes de todos los tiempos (incluido el presidente Obama) y toda clase de personajes conocidos es el museo de cera Madame Tussauds, para muchos el mejor del mundo en cuanto a la calidad y variedad de sus figuras.
A lo largo de sus pasillos veremos desfilar a numerosas celebrities y personalidades influyentes, todas ellas recreadas con tal grado de realismo que llegaremos a dudar, en más de una ocasión, si son de carne y hueso o de cera. En total, más de 200, cantidad que cada año aumenta.
El museo se divide en varias secciones según los tipos de figuras. La visita comienza en la Opening Night Party, donde verás a Jennifer López, la familia Osbourne, Donald Trump o Mc Tony Bennett. A continuación pasarás al Music Studio para encontrarte con Beyoncé y las grandes leyendas de la música norteamericana del siglo XX. La siguiente parada, Scream, no es apta para cardíacos: un pasaje terrorífico en el que se intercalan las figuras de cera con actores reales, ¿serás capaz de distinguirlos? Después llega la Gallery, en la que podrás posar junto al presidente Obama y sus predecesores en el cargo (como Reagan, por ejemplo), los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, Napoleón, Albert Einstein y el Dalai Lama. Posteriormente entrarás en el VIP Club, donde se ubican Johnny Depp, Lady Gaga, Shakira y Justin Bieber, entre otros muchos. Luego seguirás con los grandes cantantes pop de todos los tiempos (Tina Turner, Frank Sinatra, Elvis Presley, las Spice Girls), una reproducción del plató del programa American Idol, un taller en el que te enseñarán el proceso de fabricación de cada una de las estatuas del museo, el Cinema 4D (que combina imágenes en 3D con efectos especiales como nieve, lluvia, viento, etc… en una proyección de un cuarto de hora de duración aproximadamente), la zona consagrada a los mejores deportistas de todos los tiempos (como Eli Manning, Evander Holyfield y Yao Ming) y, para finalizar, la galería de los superhéroes (donde los más pequeños podrán disfrutar de la compañía de Superman o el increíble Hulk, además de emularlos gracias a la tecnología Bluescreen, similar a la utilizada en Hollywood para filmar escenas de riesgo).
Durante todo el recorrido es posible hacerse fotografías con los personajes, a excepción del túnel del terror, donde está prohibido. Por otro lado, el museo cuenta con una cafetería en la que poder parar a descansar a mitad de la visita.
En definitiva, una actividad muy recomendable para aquellos que viajen con niños, además de no durar demasiado (en torno a una hora y media contando con el túnel del terror, el Cinema 4D y el taller donde crean a cada personaje).
El Madame Tussauds cuenta con una web en la que es posible adquirir por adelantado nuestra entrada con un descuento considerable: http://www.madametussauds.com/NewYork
Cómo llegar:
-se localiza en el 234 de la West 42nd Street.
-en metro: paradas de Times Square con la 42nd St (líneas 1, 2, 3, 7, 7X, N, Q, R y S) y 42nd St-Port Authority Bus Terminal (líneas A, C, E).
El museo Frick de Nueva York
A pesar de que su pequeño tamaño pueda llevar a engaño, la Frick Collection alberga una de las mejores y más selectas colecciones de pintura de EEUU con obras de autores de la talla de Francesco Guardi, Velázquez o Renoir.
El rico conjunto pictórico se halla en la que fuera la casa del magnate del acero Henry Clay Frick, cuya pasión por el arte le llevó a reunir una cantidad fabulosa de cuadros firmados por los principales artistas europeos que sirvieron para decorar su mansión neoyorquina. Es precisamente ahí, en su antigua residencia en Manhattan, donde se expone actualmente la colección. Levantada en 1913 siguiendo los diseños del arquitecto Thomas Hastings, fue terminada un año más tarde e inaugurada con una gran fiesta en la que se dio cita la flor y nata de la alta sociedad de Nueva York. Para desgracia de Frick, sólo pudo disfrutar de su nueva morada cinco años, ya que falleció en 1919.
Ya en vida había hecho saber a sus allegados su intención de dejar la colección al público para que cualquiera pudiera admirarla, por lo que, cuando se abrió su testamento, nadie se sorprendió de que tanto la mansión situada en la calle 70 como todos los tesoros que albergaba fueran legados íntegramente a la ciudadanía para su uso y deleite. La que había sido descrita por la prestigiosa revista Architecture como “la más cara y suntuosa residencia privada de Estados Unidos” quedaba ahora abierta a todo aquel que quisiera entrar para poder disfrutar de todo lo que allí había expuesto. Eso sí, hubo que esperar hasta 1931 para que dieran comienzo las obras de acondicionamiento del futuro museo, ya que una de las cláusulas del testamento establecía que la viuda de Henry Clay Frick, Adelaida, podría seguir ocupando la mansión hasta el final de sus días.
Ya en 1935 por fin abrió sus puertas la conocida como Frick Collection tras acometerse una serie de reformas que corrieron a cargo de John Russel Pope. Una de estas modificaciones consistió en la construcción de un jardín interior que contara con un estanque, algo que se reveló como un gran acierto. Además, se añadió una gran biblioteca por iniciativa de Helen Frick, hija del fallecido Henry Clay Frick, con la intención de que sirviera como punto de referencia para todos los estudiantes de la materia: contaría con un gran volumen de obras especializadas y un archivo fotográfico en el que poder consultar tanto los fondos de las colecciones americanas como los de las europeas. Fue la misma Helen la que, gracias al amor por las bellas artes que le había inculcado su padre, se encargó de ir aumentando la colección a la muerte de su progenitor.
Pero, aunque fueran su gran pasión, Frick no sólo adquirió cuadros, sino también toda suerte de objetos y muebles de gran valor: desde alfombras persas a jarrones de cristal de Murano, pasando por muebles franceses del siglo XVIII (incluyendo un escritorio que había pertenecido a la reina María Antonieta), porcelanas chinas, esculturas de todo tipo y esmaltes salidos de los mejores talleres del viejo continente, que se unían así a decenas de cuadros firmados por Van Dyck, Goya, Velázquez, Bernini, Manet, Rubens o el Greco.
Todas estas maravillas traídas de Europa se exhiben a lo largo y ancho de las 16 galerías que componen el museo, habiéndose conservado en muchos casos la distribución original que tenían en vida de Frick, por lo que visitar la colección es también visitar la vivienda que con tanto esfuerzo y dedicación Henry construyó y decoró durante los últimos años de su vida.
Es posible consultar la web de la Frick Collection para estar al tanto de todas las exposiciones, conciertos y conferencias que se realizan periódicamente en su sede: www.frick.org
Cómo llegar al museo Frick:
- se localiza en el número 1 de la East 70th Street.
- en metro: la estación más cercana se encuentra a siete calles, en la calle 77 (líneas 4, 6 y 6X). También tenemos la posibilidad de bajarnos en la estación que se encuentra a ocho calles, en el cruce de la Lexington Avenue con la calle 63 (línea F).
- en autobús: líneas M1, M2, M3, M4 y M72.
Horarios y precios del museo Frick:
- de martes a sábado abre sus puertas de 10:00 a 18:00, permaneciendo cerrado todos los lunes.
- los domingos el horario de apertura es de 11:00 a 17:00.
- los adultos deberán pagar 18$, los mayores de 65 años 15$ y los estudiantes con acreditación 10$.
- no se permite la entrada a niños menores de 10 años.l
- los domingos el precio de la entrada es libre, esto es, el visitante entregará la cantidad que estime oportuna de 11:00 a 13:00.
El museo Intrepid de Nueva York
Pocos museos pueden presumir de ofrecer a sus visitantes la oportunidad de ver por dentro y con todo lujo de detalles un portaaviones de la II Guerra Mundial, un submarino con capacidad para lanzar misiles de crucero o uno de los míticos aviones supersónicos Concorde que todavía sobreviven.
Pues bien, en el Intrepid Sea-Air-Space Museum de Nueva York es posible conocer esto y mucho más, ya que en su cubierta y alrededores se encuentran expuestas más de treinta aeronaves que prestaron en su día servicio en las diferentes unidades del ejército estadounidense y que vandesde un helicóptero Cobra hasta un F-16 que participó en la Guerra del Golfo, pasando por un F-14, un MiG-15 de origen chino, un Mig-17 y un Mig-25 procedentes de Polonia, una réplica de la cápsula espacial Aurora 7, un Harrier o un F-4 Phantom II procedente del Cuerpo de Marines.
Esta singular atracción turística (apta tanto para apasionados del mundo militar como para simples curiosos) se emplaza en la orilla Oeste de la isla de Manhattan, en el muelle número 86. Abierto en 1982 a raíz de la iniciativa del filántropo Zachary Fisher y el periodista Michael Stern para salvar al portaviones Intrepid del desguace y convertirlo en un museo flotante, cada añoatrae a más de 900.000 personas a sus instalaciones.
Además de los aviones (tanto comerciales como militares) y helicópteros que se reparten por toda la cubierta del portaaviones, también se exhiben cientos de documentos, fotografías, objetos y elementos relacionados con la II Guerra Mundial, la guerra de Vietnam o la guerra del Golfo. Otros de los reclamos son el simulador virtual, las recreaciones gráficas de las batallas más célebres en las que ha participado EEUU o poder ver en primera persona cómo era el día a día a bordo del Intrepid o del Growler, el submarino con el que cuenta el museo.
También existe la posibilidad de dar un paseo en un taxi acuático por el río y visitar el memorial por las víctimas de los atentados del 11 de Septiembre. Si no se desea acceder al barco, es posible entrar en el muelle donde se encuentra anclado de manera gratuita.
Como curiosidad, decir que es en el propio barco donde se llevan a cabo los principales actos con motivo de la Fleet Week (Semana de la Flota), que se celebra normalmente a finales de Mayo y en la que participan los miembros de la Armada, del Cuerpo de Marines y del Servicio de Guardacostas. También es en la misma cubierta del Intrepid donde se rodó parte de la película “Soy Leyenda”, protagonizada por el actor Will Smith.
La web del Intrepid Sea-Air-Space Museum es www.intrepidmuseum.org
Cómo llegar al museo Intrepid:
- se localiza entre la avenida número 12 y la calle 46, en el muelle 86.
- en metro: la parada más cercana se encuentra en el cruce entre la calle 50 con la avenida número 8 (líneas A, C y E). Una vez ahí, es posible coger la línea de autobús M50.
- en autobús: línea M50.
Horarios y precios del museo Intrepid:
- del 1 de abril al 31 de octubre el museo abre todos los días de 10:00 a 18:00.
- del 1 de noviembre al 31 de marzo es posible visitarlo de martes a domingo y de 10:00 a 17:00.
- los precios son de 24$ para los adultos, 20$ para los mayores de 62 años, 19$ para los jóvenes con edades comprendidas entre los 7 y los 17 años y 12$ para los niños de entre 3 y 6 años.
- en caso de querer realizar el paseo en taxi acuático los precios (incluyendo la visita al museo y al memorial por el 11 de septiembre) son de 51,40$ para los adultos; 47,40$ para los mayores de 62 años; 46,40$ para los jóvenes de 7 a 17 años y 34$ para los niños de entre 3 y 6 años.